ERES EL VISITANTE Nº

martes, 28 de diciembre de 2010

Regalos de Navidad

César Hildebrandt

Tomado de “Hildebrandt en sus trece” Nº 36 26dic2010

Si yo fuera tan inverosímil como Papá Noel y volara en un trineo por encima de las chimeneas que no existen, halado por los renos que nadie ha visto en Lima, bajaría a regalarle a Alan García un reloj. Un reloj que le recordaría que el tiempo pasa y que la gloria de la presidencia no le restará un solo gusano a la hora de la pudridera. Porque para eso sirven las glorias: para nada. Porque después de tanto tatatán y tanto tatatín y tanto saludo a la bandera, señor presidente, lo que viene es la igualdad revolucionaria de la muerte y en ese momento viene también la lucidez tardía de saber que somos ínfimos pasajeros de un viaje sin razón. Esa es la soledad final de la que hablaba García Márquez en su libro más festejado: los Buendía somos todos y a todos nos espera un olvido colosal, el agujero negro de la nada.
A mí no me gusta las Navidad del niñito Jesús, que no nació un 25 de diciembre ni ningún día porque su madre era virgen y el espíritu santo carecía de apetito carnal, según toda probanza, ni me gusta la Navidad de Papá Noel, que viene vestido para la nieve en pleno verano del hemisferio sur y que trae regalos para todos pero se olvida de los niños de las hambrunas y las guerras civiles.
A mí lo que me gusta es la Navidad degenerada por los fenicios, por el comercio, por los polvos azules y rosados. O sea, la Navidad que te obliga a regalar, con lo cual el regalo deja de serlo para convertirse en dádiva, ofrenda, prenda. Pero no importa; regalas y haces que alguien se sienta bien por unos instantes. Y tú te sientes mejor, porque el acto de regalar es el egoísmo puro disfrazado de amor.
De modo que vamos a ser egoístas y vamos a imaginar los regalos que, aparte del reloj de García, se nos pueda ocurrir.
A Susana Villarán le regalaría un segundo de a bordo con carácter. La verdad es que los que tiene ahora parecen figuritas de mazapán , gasparines de los cromos Navarrete. Y el matriarcado espeso y déspota de ésta Chian Chin sin Mao puede ser de las cosas más dañinas –aparte del estalinismo- que le hayan sucedido a la izquierda.
A mi amigo Mauricio Mulder, que es un islote de decencia en medio del mar de los sargazos de la corrupción, le regalaría una dosis de caballo de memoria. Eso le permitiría recordar que existe, que no es un número, que no es parte de una lista expectaticia. Le permitiría recordar, en fin, que es Mauricio Mulder: un hombre con sus propios fueros al que la maquinaria del alanismo pretende convertir en vocero de la confusión y en esclavo de la disciplina, pobre.
A Alejandro Toledo tendría que regalarle un huachafómetro, que es un instrumento que antes se vendía en Hiraoka y que te impedía hablar como extranjero, pensar como “estadista” hasta cuando vas al baño y criticar lo que no ha hecho cuando tú mismo lo pudiste hacer a la hora que te tocaba.
¿Qué le regalaría a Mercedes Araoz? Si fuera procaz diría que le regalaría una consolación, que es lo que va a necesitar a la hora del recuento de votos. Pero como no soy procaz, diré tan solo que le daría un preventivo pésame y un frasco de “1 millón”, de Paco Rabanne, que también es aprista.
Lo que necesita mi admirado Ñique de la Puente es una tonelada de ubicaína, y esto es lo que, si pudiera, le regalaría. Porque una cosa es ser ególatra al galope, ingenuo hasta las vísceras, casto de antemano y romántico de capirote y otra es prestar la reputación a un grupo de argumentos que entiende la política como un acto de cobranza judicial. Todos al fin y al cabo, somos una mescolanza de aventadas certezas y negadas contradicciones.
Pero Ollanta Humala está convencido de que eso es una virtud y por eso sum programa de gobierno no requiere de lectores sino de criptógrafos. De modo que regalarle claridad, enlatada o en sifón, no sería una mala idea.
Lo que necesita Luis Castañeda es un auditor. No para que lo escuche –porque el hombre no habla- sino para que le reise las cuentas trapaceras de Comunicore, que es un pecado capital en el más economicista de los sentidos.
A PPK le hace falta algo que no tiene: Un sueño, una ramita de utopía, una cucharadita de horizonte. Porque este hombre es la vigilar hecha vientre, y detrás de su hablar de bobo, se esconde una máquina de mentir y hacer dinero. PPK no es un ser humano: es una bolsa de valores sin valores, un cálculo con glándulas, una usura con la bragueta abierta. Y el pobre San Román, que le carga el maletín, es un cholo más falso que Tulio Loza (Aunque aquí haga las veces de Piquichón).
Si yo fuera Alan García (digo, es un decir) le regalaría el Canal 7 a Rafael Belaúnde Aubry, que es el más listo y el menos hipócrita de los candidatos menudos. Este hombre sí que tiene ideas, objetivos y un programa aireado por la modernidad. Pero por eso mismo va a perder. Porque en el Perú, como se sabe, hace rato que hubo un golpe de Estado contra la meritocracia.
¿Y la señora Keiko, la rehén de Montesinos? Si yo fuera un caballero diría que nada. Pero como con la señora Keiko de nada sirve ser un caballero porque de todos modos te va a escupir y apuñalar, diré que le regalaría diez dosis intramusculares de amnesia. De este modo, por la vía glútea, podría olvidar que su padre fue un canalla que se hizo pasar por peruano cuando aquí mandaba matar y robar, y que se hizo pasar por japonés cuando quiso estar en la Dieta para adquirir inmunidad, y que se hizo pasar por “presidente” cuando era en realidad el jefe de una banda de asaltantes. Tras la décima dosis de amnesia sin diluir, la señora Keiko olvidará también que a ella Montesinos le entregaba plata robada para que estudiara en Boston, como sus hermanos, y plata robada para sus gustitos, y plata robada para sus viajes a Lima, donde visitaba al papá dador y al asesor emisario pero apenas a su madre, la señora Higuchi, a quien Fujimori también robó, engañó y maltrató. Quizás necesitaría la dosis supernumeraria –la número 11- para olvidar que la mafia que la patrocina no quiere gobernar sino reincidir y que, si ganara, el Perú volvería a ser charco inmundo de los tractores que no rodaban, los aviones que no volaban, las avionetas del Huallaga que sí despegaban, los generales que perdían las guerras pero ganaban con las comisiones, los asesinos que sonreían, la fiscal de la nación que practicaba el viejo oficio de vender favores, el contralor que se callaba, los procuradores en su madriguera, los Lúcar y los Crousillat en la tele, los maletines en el SIN y una neblina de vergüenza cubriéndolo todo.

lunes, 11 de enero de 2010

Hubert Reeves, astrofísico "La pérdida de biodiversidad es una amenaza a corto plazo"


La Organización de Naciones Unidas ha proclamado 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad. La situación en este ámbito es trágica y las llamadas de alerta se suceden en boca de los principales expertos. Uno de ellos es, sin duda, Hubert Reeves, que en el transcurso de una entrevista con la agencia France-Presse pone en guardia sobre la desaparición acelerada de la vida animal y vegetal en todo el planeta, una pérdida que, en su opinión, supone una «amenaza a corto plazo para la humanidad». Reeves habla de una escala mínima en términos temporales: «La amenaza se cierne sobre nosotros en una escala de algunos decenios como máximo».

Este astrónomo quebequés de 77 años de edad, barba blanca y aspecto y actitud amables, es un reputado defensor del medio ambiente. «Hoy -afirma en esta entrevista- vemos ya que la esterilización de las tierras prosigue a un ritmo muy rápido a causa de los pesticidas y de los tratamientos excesivos que eliminan, por ejemplo, a los insectos, las lombrices de tierra, las abejas...». Y, además, estamos a punto de vaciar los océanos. Si no se hace nada, «de aquí a diez, veinte o treinta años como máximo, tendremos que empezar a preguntarnos qué vamos a comer esta noche», advierte Hubert Reeves.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el organismo de referencia para la diversidad biológica, la mitad de todas las especies de mamíferos están en declive y una cuarta parte están amenazadas de extinción.

«Tengo hijos y nietos; estoy muy preocupado por ellos; ¿en qué mundo van a vivir?», se pregunta este científico. Insiste en que está «muy preocupado» por el porvenir: «Nadie puede decir cómo será este planeta dentro de 30 años, pero podría ser verdaderamente lamentable. Depende de las decisiones que se adopten ahora».

Porque, hasta hoy, las palabras priman sobre los actos. En la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, en 2002, los líderes mundiales se comprometieron a «disminuir de manera significativa, para 2010, la erosión de la biodiversidad». «Los últimos datos muestran que no sólo no se detuvo, sino que está deteriorándose aún más rápidamente», asegura. Y añade que ya es hora de invertir la tendencia. «Estamos todos en el mismo barco, un barco que amenaza con hundirse, y es preciso reaccionar a una escala global», declara Reeves.

Con un ligero punto de optimismo, evoca que la toma de conciencia a nivel planetario comienza a ser palpable y espera que este mismo año se ponga en marcha un mecanismo internacional a instancias del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima.

Respecto a la reciente Cumbre de Copenhague, opina que fue «un éxito parcial (...), un paso importante como lo fue en su día la de Río para la toma de conciencia general de la amenaza que pende sobre todos nosotros».

«Los científicos están muy alarmados por la erosión de la biodiversidad -agrega-. Hay que extender este mensaje de urgencia». Y se pregunta si la superpoblación es una de las causas de esta pérdida de biodiversidad. Afirma que el control de la natalidad es «irreal», pero advierte de que «reducir el gasto de energía es esencial».

¿Y a nivel individual?, le preguntamos. «Podríamos reducir el consumo de carne, puesto que su producción devora mucha más energía», concluye.

Evo Morales convoca a cumbre alternativa sobre cambio climático


El presidente de Bolivia, Evo Morales, instó a los países y organizaciones de todo el mundo a realizar una conferencia mundial alternativa sobre cambio climático y medio ambiente, al considerar infructuosa la cumbre realizada en Copenhague, Dinamarca, el mes pasado.

El mandatario leyó personalmente la convocatoria a la “Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, que prevé realizar en el mes de abril en la ciudad de Cochabamba.

Tanto gobiernos como organizaciones sociales y científicos de todo el mundo fueron convocados al encuentro. Asimismo, Morales estimó que su presencia será importante para culminar con la aprobación de un proyecto de declaración de los “derechos” del planeta, que sería sometido luego a un referendo mundial.

“Se dice que fue un fracaso, pero yo diría que no ha sido un fracaso la cumbre de Copenhague, más bien diría que es un triunfo de todo el mundo (…) porque los países capitalistas desarrollados no pudieron imponer su declaración”, sostuvo el presidente indígena boliviano.

Añadió que “no pudieron porque va creciendo la conciencia no solamente de los pueblos del mundo sino también de los estados y los gobiernos”.

La cumbre en Cochabamba, a celebrarse del 20 al 22 de abril, coincidirá con la primera celebración mundial del Día de la Madre Tierra recién instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).